domingo, 17 de diciembre de 2017

Escribir






























En la libreta tenía tres mil yenes y cuatro fotos. Dejé las fotos encima de la mesa: una era de Jesse, mi hija, de pie delante del café Hugo de la Place des Vosges; dos eran tomas desechadas del incensario de la tumba de Akutagawa, y la cuarta la lápida de la poeta Silvia Plath bajo la nieve. (...) Me guardé las otras fotos en el bolsillo y me concentré en la de la lápida de Sivia. No era buena, sino más bien el resultado de una especie de penitencia infernal. Decidí escribir sobre ella. Escribi para tener algo que leer.


































Fotos y texto:
Patti Smith





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