Estas fotografías exploran los
límites de lo que se puede representar. Utilizan la realidad externa, para
pintar la realidad interna, la del inconsciente, arquetípica y no
expresada. Sin materiales excesivos ni efectos digitales, combino la calle
con la fotografía en escena y recreo imágenes de ensueño. Los medios
fotográficos de luz y sombra se vuelven simbólicos en espacios intermedios,
obligan al espectador a recurrir a sus propios recuerdos y sentimientos. Más
allá de lo que está de moda y es actual, creo conexiones alquímicas entre la
pintura, el cine y el teatro que desafían la categorización.
Fotos y texto:
Boris Eldagsen
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