Hace mucho tiempo, existió un
hombre llamado Ryokan, que fue calígrafo y poeta. En uno de sus Haikus
describía el movimiento de una hoja que tiembla al caer. Este poema puede interpretarse
de varias maneras. La hoja que cae podría ser una metáfora de la vida, el anverso
lo malo y el reverso, lo bueno. A partir de este simple fenómeno natural,
habla de cosas mucho más profundas. Por ello hago este tipo de fotos.
Mis fotos son pequeñas y
parecen viejas. Podría esperar treinta años antes de usarlas, pero es
imposible. Las llevo conmigo cuando camino, los froto con mis manos y así
lo consigo. A esto lo llamo producción de memoria. Porque en las
fotos viejas los recuerdos están “usados” y esto es lo que me interesa. Si tomo
fotos pequeñas, es porque quiero convertirlas en recuerdos. Y por esta razón creo
que el mejor formato es uno que se sostenga en el hueco de la mano.
Fotos y texto:
Masao Yamamoto
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