
Resulta siempre muy extraño caminar junto a un fotógrafo. Uno tiene la impresión de vivir en mundos paralelos. Caminamos sin parar de hablar. De repente se detiene, se echa la cámara, encuadra, enfoca y dispara. Miro en la misma dirección pero yo no veo nada, o me parece que aquello no tiene gran interés. Seguimos con la marcha y la conversación. El camino serpentea entre las carrascas y el monte bajo. A veces se convierte en una senda. Hablamos del trabajo. De proyectos. De pintores. De viajes. De costumbres. De la comida italiana. De nuestros hijos. De nuestras mujeres. De las mujeres. De amigos comunes. De repente me doy la vuelta y me veo hablando solo y Bernard allá a lo lejos, de espaldas, fotografiando unos matojos. (...)
Fotografía:
Bernard Plossu
Texto:
Antonio Ansón
Bernard Plossu
Texto:
Antonio Ansón
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