
En cuanto a la felicidad establecida, doméstica o no...,no, no puedo. Soy demasiado distraido, demasiado débil. La vida florece por el trabajo, vieja verdad: mi vida no es lo bastante grávida, sale volando y flota muy por encima de la acción, ese querido punto del mundo.
!Me estoy convirtiendo en una solterna sin coraje para amar la muerte!
Si Dios me concediera la calma celestial, aérea, la plegaria, como a los santos antiguos. Los santos ¡unos valientes!, los anacoretas, ¡artistas como ya no los hay!
Si Dios me concediera la calma celestial, aérea, la plegaria, como a los santos antiguos. Los santos ¡unos valientes!, los anacoretas, ¡artistas como ya no los hay!
¡Permanente farsa! Mi inocencia me haría llorar. La vida es la farsa que todos tenemos que representar.
Foto:
Arthur Rimbaud
Autorretrato
Arthur Rimbaud
Autorretrato
Texto:
Arthur Rimbaud
Una temporada en el infierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario