miércoles, 5 de agosto de 2009

Mujeres






La escena de la estación ha sido la habitual: una típica escena de despedida en una estación de tren de montaña al final de unas vacaciones, con repetidos apretones de mano, con exclamaciones de impaciencia, con reiteradas promesas de escribir y de volver a verse. Había venido toda la pensión a acompañar a Marthe Bonneau y todos se mostraban bulliciosos a su alrededor. Tan solo ella parecía tranquila, vagamente intimidada por las efusiones de los demás, como apurada por no poder mostrarse más comunicativa de lo acostumbrado. Acariciaba a Nicole y respondía con precisión a preguntas imprecisas.




Foto:
Alexandre Rodtchenko



Texto:
Mihail Sebastian
Mujeres






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