martes, 8 de junio de 2010

Correr







Nada más llegar al reformatorio me hicieron corredor de fondo de campo a través. Supongo que los tíos pensaron que estaba hecho para ello porque era alto y delgado para mi edad (y todavía lo soy) y, de todos modos, no me importó demasiado, para decir la verdad, porque correr ha sido algo que en nuestra familia se ha hecho mucho, en especial correr para escapar de la policía. Siempre he sido buen corredor, rápido y de zancada larga además; el único problema es que por más rápido que corriera, y aunque sea yo mismo el que lo diga, hiciera un buen esfuerzo, no conseguí evitar que los polis me agarraran después del asunto aquel de la panadería.





Foto: 
Antanas Sutkus




Texto:
Alan Sillitoe
La soledad del corredor de fondo





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