Hay días sentados en la playa respirando
brumosas lejanías, vueltos siempre los ojos
a las verdes colinas de larga cabellera.
Dueña de mi destino, con mis manos de agua
que aprisionan tu carne, no elevaré la copa
que guarda los olvidos.
Foto:
Robert Kato
Poema:
Carmen Serna Montalvo
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