
El verdadero tesoro, el que pone fin a nuestra miseria y a nuestras pruebas, núnca está muy lejos, no hay que buscarlo en un país alejado, pues yace sepultado en los lugares más recónditos de nuestra propia casa, es decir, de nuestro propio ser.

Pero sucede el extraño y constante hecho de que sólo después de un piadoso viaje a una región lejana en un país extranjero, en una tierra nueva, podría revelársele el significado de esa voz interior que conduce nuestra búsqueda. Y a este hecho extraño y constante se añade otro: quien nos revela el sentido de nuestro misterioso viaje interior debe ser también un extranjero, de otra creencia y de otra raza.

Foto 1:
Brigitte Grignet
Brigitte Grignet
Foto 2:
Sergei Mikhailovich
Prokudin-Gorskii
Sergei Mikhailovich
Prokudin-Gorskii
Foto 3:
Matías Costa
Matías Costa
Texto:
Mircea Eliade
Mircea Eliade
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