Durante un viaje, creí ser el
personaje principal de una novela en la que no pasaba nada, y donde el
aburrimiento era engañado por la ilusión de la exaltación del paisaje. Llegué a
una especie de límite geográfico, el del alejamiento, que llegó también a un
límite psicológico, el que flotaba entre la ilusión y la realidad, que sólo podía
reconciliar poniendo la línea del horizonte en el centro de mi visor.
Este proyecto, en 2011, es una reflexión fotográfica que Antoine d'Agata designa como
"un arte de la presencia". Siempre me ha intrigado la capacidad de la fotografía
para servir, en primer lugar, a la
presencia física del propio fotógrafo en contra de lo que ve. El límite pretende aplicar esta
noción de la presencia, a través
del acto de la revisión sistemática
de la fotografía, un poco como una
performance lenta y sin espectáculo.
Fotos y texto:
Gabriel Coutagne




No hay comentarios:
Publicar un comentario