martes, 30 de septiembre de 2014

Un hombre al margen












Pocas horas antes de que se le vinieran encima a su vida el espanto y la vergüenza, Damien North estaba llamando por teléfono a los servicios informáticos de la facultad, que era una situación  en la que nunca se sentía a gusto. Ese apuro no procedía ni de las relaciones con tal o cual informático ni del desdén del que hacía profesión la mayoría de sus colegas en lo referido a la informática, sino de una impresión perturbadora: la impresión de hallarse cara a cara con los emisarios de una entidad inmaterial y omnipotente, en otras palabras, de unos ángeles de una variedad nueva, ni de radiantes ni de revoloteadores, sino, por el contrario, metidos, huraños y vestidos de negro de arriba abajo, en la madriguera de unos sótanos que olían a pizza fría y a cerrado, los ángeles de un Dios de fracaso y de rechazo.















Fotos 1 y 3:
Raphaele Godin

Fotos 2 y 4:
William Mebane


Texto:
Alexandre Postel

 

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