Todo comenzó con dos periquitos de
porcelana sobre el alféizar de la ventana de la casa de al lado. Cada
vez que pasaba me miraban y no podía dejar de mirar. ¿Qué
los hacía tan especiales? ¿Por qué los colocaban en la ventana para que todos
los vieran? ¿Qué historia había detrás? Yo no entendía lo que aquello quería
decir, pero una cosa estaba clara, las aves pertenecían a una anciana.
El juego me gustó y cada vez
que estaba en la calle miraba las ventanas. Encontraba bastantes periquitos, parecían ser el tema más popular. Después me di cuenta de que otros motivos se repetían:
esqueletos, perros, personajes de cómic, y figuras humanas. Y empecé a recogerlas y clasificarlas.
Hoy en día, cuando nuestras vidas
están condicionadas por las redes
sociales. Me gusta estar libre de ese mundo virtual para poder concentrarme sólo en la percepción de la
realidad que me rodea, de los propios
pensamientos y fantasías ...
Fotos y texto:
Daniel Zakharov
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