Ven a mis
labios,
dales la
forma del amor,
de bosques,
de alto mar, de un grito,
que aunque
dure un instante sea mío.
Dales su
plenitud de ave,
de llama, de
canción,
aunque en
vaso se animen.
No te pido la
eternidad,
te pido el
tiempo,
el brote puro
de la luz de un día,
para decir
que he sido
la forma de
un amor,
para hundirme
en tu nada.
Fotos:
Yosuke Takeda
Poema:
José Ángel Valente
No hay comentarios:
Publicar un comentario