jueves, 16 de abril de 2015

Y estabas...











Y estabas y no estabas y seguías
siendo tú mi carencia o yo tu olvido
en aquel hueco azul interminable por el que una bandada
de herrerillos rayaba su alborozo
tan ajeno a que fueses su causa y el motivo
de un ruidoso traslado sin más razón que el vuelo,
que el propio vuelo que los sostenía
—casi al alcance de mis manos—
en el azul aquel interminable.















Foto 1:
Christian Richter

Foto 2:
Philippe Dollo

Foto 3:
André Gardenberg

Foto 4:
Eddie Bonesire


Poema:
María Victoria Atencia



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