La ciudad amaneció con su frio olor atlántico de todos
los días y la perezosa calma de sus barrios tristes, había llovido durante casi
toda la noche y las calles daban la impresión de estar más sudadas que limpias,
era entonces Lisboa la ciudad fatigada y mal dormida que parecía haber sido
siempre. (...) Fernando piensa en dos
lenguas muy distintas y no sabe quién es, se busca entre las sombras de la
literatura.
(Sobre Fernando Pessoa)
Fotos:
Jacob Gil
Texto:
Vicente Valero
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