Según Bourdieu, los hábitos, deben ser categorizados según el
rango social de los seres humanos. Así, la clase obrera funda su rutina
cotidiana sobre las necesidades mientras que la clase alta lo hace sobre sus
deseos, preferencias y exigencias culturales. En respuesta a esta teoría, Thornstein
B. Veblen propone la existencia de una nueva clase social, la de los ociosos. Se
trata de que otros hagan las tareas menos agradables para poder encargarse de
las más seductoras. Este proyecto representa la rutina de algunos individuos y
para destacar su importancia se ha descontextualizado a un personaje ficticio,
describiendo su adaptación a nuestro mundo.
Fotos y texto:
Jorge
Pérez Higuera
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