He venido para quedarme,
para envejecer la llama,
el fluido de la discordia.
Y no es digno de mí
el que atesora humo en el camino,
el que tropieza dos veces en la umbría.
No es digno de mí
el que derrama las ascuas,
el que arriesga la ceniza.
He venido para quedarme,
para envejecer la discordia,
para revisar los incendios.
Foto 1:
J. Gluckstern
Foto 2:
Jan Eric Euler
Poema:
José Antonio Conde
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