Impresas en seda traslúcida, las fotografías se suspenden del techo
aunque parecen flotar en el aire.
Mediante las transparencias, el espacio se vuelve imagen y las obras se
transforman en lo que vemos a través de ellas.
Creados en 2016, estos paisajes etéreos miden cada uno un metro
por un metro cincuenta y forman un tríptico de imágenes que se superponen
parcialmente. El material elegido contribuye a la abstracción reflejada en
ellas.
Fotos:
Jordan Sullivan
Texto:
L'Oeil de la Photographie
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