Saber que la
espera
es una estación
desprovista de pasajeros.
Una vida a la
que se le esfumó
el último vagón.
Saber que los
relojes
son los latidos
de los pensamientos desterrados.
Saber que vivir
es estar al acecho
de ese gesto que
se esmera
al paso imperceptible.
es un nuevo nudo en el cruce de dos raíles.
Foto 1:
Sanja Marušić
Foto 2:
François Kollar
Poema:
Hasier Larretxea
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