domingo, 14 de febrero de 2021

Una ladera de Toscana

 








Te debía un poema, te debía
estas palabras.
Pero, ¿cómo saldar la deuda
de cuanto tú me has dado
por medio de la sencilla y clara
fotografía
que me envías?

En ella se contempla una ladera 
de Toscana
con cipreses y olivos que descienden
hacia un abismo azul;
una ladera -se podría decir- del paraíso,
pero que yo viví, viví, viví,
cuando era joven
y que ahora sólo ensueño
herido;
una ladera 
por la que, desde entonces, al soñarla,
he ido descendiendo
hasta lo hondo del valle de la vida,
mientras me parecía
que olivos y cipreses, los jardines,
los borraba la niebla del tiempo.

Tan sólo es una fotografía,
y me he puesto a escribir estas pocas palabras,
y se han humedecido mis ojos,
y he pensado en que acaso estas lágrimas
sean, en realidad,
las palabras, las sílabas, las letras,
con las que yo deseo pagar esa deuda:
la de que me enviaste
un símbolo,
mi memoria de entonces
como un fuego de oro,
como un oro de fuego.

 











 

Foto 1:

Penny Wolin

 

Foto 2:

Albarrán & Cabrera

 

 

 

Poema:

Antonio Colinas

 






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