lunes, 8 de febrero de 2010

Un curioso incurable







Pienso que todo escritor es un curioso incurable, ¿no?, una especie de cotilla con prestigio. También ‘cuentista’ significa mentiroso. Y un narrador tiene también algo de mentiroso con causa: las narraciones mienten para alcanzar alguna clase de verdad más allá de los términos de su anécdota. ¿Contamos historias porque nos han ocurrido? A veces. ¿O las escribimos para que nos ocurran? También. Incluso a veces se escriben ciertas cosas para que no ocurran, o porque no llegaron a ocurrir. En este sentido la escritura es un proceso de una libertad fascinante, una mezcla de memoria, utopía y conjuro. En ella cabe de todo: lo que sí, lo que no y lo que tal vez. 


 
Foto:
Francesc Catalá-Roca


Texto:
Andres Newman

 


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