lunes, 17 de agosto de 2009

Al otro lado del tiempo






Me parecía haber llegado al momento, a la edad tal vez, en que sabes perfectamente lo que pierdes cada hora que pasa pero aún no has adquirido la sabiduría necesaria para pararte en seco en el camino del tiempo. Pero es que, si te detuvieras, no sabrías que hacer tampoco, sin esa locura por avanzar que te embarga y que admiras durante toda la juventud. Ya te sientes menos orgulloso, de tu juventud, aún no te atreves a reconocerlo en público, que no sea sino eso, tu juventud, el entusiasmo por envejecer. Descubres en tu ridículo pasado tanta ridiculez, engaño y credulidad, que desearías acaso dejar de ser joven al instante, esperar a que se aparte, la juventud, esperar a que te adelante, verla irse, alejarse, contemplar toda tu vanidad, llevarte la mano a tu vacío, verla pasar de nuevo ante ti, y después marcharte tu, estar seguro de que se ha ido de una vez, tu juventud. Y, tranquilo entonces por tu parte, volver a pasar muy despacio al otro lado del tiempo para ver, de verdad, cómo son la gente y las cosas.





Foto:
Carlos Saura


Texto:
Louis-Ferdinand Céline

Viaje al fin de la noche




No hay comentarios: