Algunos dirán que la belleza creada por la penumbra no es la belleza auténtica. Nosotros los orientales, creamos belleza haciendo nacer sombras en lugares que en sí mismos son insignificantes. Creo que lo bello no es una sustancia en sí sino tan sólo un dibujo de sombras, un juego de claroscuros producido por la yuxtaposición de diferentes sustancias. Así como la piedra fosforescente, colocada en la oscuridad, emite una irradiación y expuesta a plena luz pierde toda su fascinación de joya preciosa, de igual manera la belleza pierde su existencia si se le suprimen los efectos de la sombra.
Foto:
Isabel Muñoz.
Isabel Muñoz.
Texto:
Tanizaki.
El elogio de la sombra
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