
La parte buena del ser humano, la pureza sin dobleces que nos hace mejores a todos. Los niños se muestran como son y expresan sus emociones sin ningún pudor. Trabajar con niños ciegos ha sido duro pero a la vez una experiencia increíble. Su ternura es especial, compartir con ellos ha sido una lección.


Me interesa la fotografía como testimonio para dar a conocer la realidad en que viven millones de niños; quiero acercar sus vidas a lo cotidiano y minimizar el impacto que nos producen las imágenes que nos hablan de un mundo desconocido.

Me parece más importante el corazón de la gente que la estética.

Fotos y texto:
Belén Serrano
Belén Serrano
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