La nostalgia es un sentimiento que me es completamente extraño. No siento nostalgia por nada ni por nadie. Sufro dolor, en ocasiones. Pero nostalgia, jamás. Por nada del mundo volvería al pasado. Ni a los supuestamente mejores momentos, los más felices. Nada. El pasado está bien donde está. Al igual que un libro tiene múltiples lecturas, tantas como el lector vuelve a sus páginas con su brazada de experiencia a cuestas, modificando en cada ocasión el libro primero, que en realidad no existe, que desaparece substituido por uno nuevo, otro tanto ocurre con la memoria. La memoria no existe, hay el ejercicio de la memoria, la voluntad, el empeño de recordar que contamina cada recuerdo impulsándolo a un presente ininterrumpido, impreciso, vivo, desvaneciéndose, inaprensible, fugaz, leve. Cada vez que leemos en el libro de la vida es un libro nuevo, renovado, futuro. Lo único irremediable que puede sucedernos está por venir. Un futuro que no nos pertenece. Nunca. El futuro, además, es siempre de los otros. Cada vez que echamos la mirada en un retrato lo hacemos en el futuro. Miramos, a fin de cuentas, lo que ya no somos.
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Carlos Saura
Carlos Saura
Antonio Ansón
El arte de la fuga
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