En el famoso Un rincón de mesa hay ocho escritores de la familia parnasiana. Sólo distingo a la infernal y dulce pareja de Verlaine y Rimbaud. Un tercero ha estado leyendo, ha interrumpido la lectura y fuma en pipa. Los demás miran a lo lejos o hacia el espectador. Creo que Rimbaud me escrutó fijamente, descubriendo a uno de sus lectores, que tanto le escasearon en vida. En la mesa hay restos de una comida ya conclusa, la hora de una tertulia que nunca ocurrirá. Más bien se diría que, tal vez por la negrura de sus trajes, estamos ante una junta de fantasmas. Suele pasar con los retratos, esa ficción de cuerpos que ya no lo son. Pero estos aparentan conocer su destino fantasmal. Bueno, en fin ¿qué otra cosa aspira a ser un escritor?
Obra:
Henri Fantin-Latour
Henri Fantin-Latour
Blas Matamoro
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