Invoqué la maldición hace medio siglo. Esta define mi vida desde que cumplí diez años. Los resultados casi inmediatos me han mantenido en un diálogo y una reparación casi continuos. Escribo historias para consolarla a Ella como fantasma. Ella es ubicua y nunca familiar. Otras mujeres se presentan en carne y hueso. Tienen sus propias historias. El contacto con ellas me ha salvado en grados variables y me ha permitido sobrevivir a mi apetito y mi ambición desordenados. Han soportado mi imprudencia temeraria y mi depredación. Yo he resistido sus reproches. Mis dotes de narrador son profundas e impermeables a críticas y tienen su origen en el momento en que deseé verla muerta y decreté su asesinato. Las mujeres me dan el mundo y lo mantienen tenuamente seguro para mí. (...) La historia de ellas debe eclipsar la de Ella en volumen y contenido. Debo honrarlas y distinguirlas de Ella.
Foto:
Prince Mann
Texto:
James Ellroy
A la caza de la mujer
Foto:
Prince Mann
Texto:
James Ellroy
A la caza de la mujer
No hay comentarios:
Publicar un comentario