El punto de partida de toda
fotografía proviene del corazón del fotógrafo. La fotografía es un espejo. Aprendo
sobre el mundo a través de mí mismo, y también me conozco a mí mismo a través
del mundo que hago en fotografías. Hoy en día, los juegos virtuales son cada
vez más reales y la gente busca constantemente una calidad de imagen perfecta y
una rica experiencia sensorial. La línea entre la simulación y la realidad se
vuelve borrosa.
Mi iluminación favorita es la luz
del día intensa, que es directa y auténtica. Pero el uso ocasional de
flashes superiores también puede crear una atmósfera surrealista y romántica. La
expresión del color en blanco y negro es más poética y abstracta. Los antiguos
chinos creaban con papel blanco y caracteres negros, era un reflejo del yo
interior del autor. Construir un espacio infinito de reflexión con solo
unos trazos es lo que tengo en común con esos artistas.
Fotos y texto:
Ai Wei Wei








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